Las bibliotecas y la crisis económica

La situación actual de crisis económica afecta también a nuestra gestión bibliotecaria. En los foros bibliotecarios especializados se suceden los mensajes relativos a este asunto, que prueban la gran preocupación que existe. La ARL (Association of Research Libraries, asociación que agrupa bibliotecas académicas americanas y canadienses) estima que el gasto en biblioteca descenderá alrededor de un 10% en el año 2010.

La coalición internacional de consorcios de bibliotecas (ICOLC) ha hecho pública una declaración donde describe los efectos futuros de la crisis en la contratación de recursos electrónicos de información y sugiere que los editores adopten nuevas estrategias para vender sus productos. Acceso al texto de la ICOLC Declaración sobre la crisis económica global y su impacto en las compras consorciadas >

Por su parte algunas editoriales, conscientes de las dificultades, han anunciado la congelación o incluso la rebaja en sus precios. Es el caso de la American Mathematical Society, Annual Reviews, Oxford University Press o Thieme entre otras.
Más información en el blog News from the Science Library (University of Michigan) >

Y algunas bibliotecas ya han tenido que reaccionar ante la nueva situación generada. La J. Willard Marriott Library de la Universidad de Utah ha visto recortes en su presupuesto para la adquisición de material próximos al 10% y para la contratación de personal. Su respuesta ha sido diversa

1. Reorientar la adquisición de materiales documentales hacia las necesidades de sus usuarios, evitando las “compras especulativas”;
2. Reducir la dedicación del personal catalogador en la creación de registros bibliográficos de calidad, promocionando en su lugar la externalización de esta tarea y redirigiendo al personal catalogador hacia el tratamiento bibliográfico de la colección digital;
3. Estudiar qué nuevos servicios puede ofrecer las bibliotecas. En concreto están considerando la compra Espresso Book Machine, un sistema de publicación bajo demanda;
4. Explorar las nuevas posibilidades asociadas al uso de los libros electrónicos, especialmente la compra de aquellos títulos con uso contrastado.

La orientación y renovación de los servicios bibliotecarios hacia las necesidades de los usuarios, la contención del gasto y la optimización de los recursos disponibles parecen los criterios básicos que van a definir la respuesta que las bibliotecas demos a este nuevo contexto económico.