Cuando hablamos de biodiversidad nos estamos refiriendo al conjunto de todos los series vivos y especies que existen en la tierra y a su interacción. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, 2004) el número total de especies en nuestro planeta oscila entre los 5 y 10 millones, de los cuales se han descrito solo 1,4 millones, por lo que no se sabe cuantes especies están en peligro de extinción sin ser conocidas. Desafortunadamente se estima que entre un 5% y un 10% de las especies contenidas en los bosques pueda desaparecer en los próximos años, como consecuencia del desarrollo urbano, agrícola y pecuario, así como la explotación forestal. De igual manera, según la Lista Roja de la UICIN de Plantas Amenazadas, publicada en 1997, cerca de 340.00 especies de plantas se encuentran en peligro de extinción.
Desde esta perspectiva en la actualidad los jardines botánicos desempeñan un papel fundamental para frenar la extinción de especies, asi como en la clasificación, conservación, evaluación y uso sostenido del patrimonio genético vegetal.
Es preocupante el hecho de que en muchos lugares del mundo sólo se aplican políticas de conservación in situ de las especies (en reservas, parques naturales, etc.) Estas políticas pudieron ser efectivas cuando fueron detectados los inicios de los efectos del cambio climático, pero en la actualidad, exclusivamente este tipo de políticas no serán una solución para el futuro. Aunque el esfuerzo principal todavía debería ser dirigido hacia la conservación de los recursos naturales in situ, hay que considerar la necesidad de buscar una alternativa, y los jardines botánicos son un importante medio para la conservación de la flora ex situ. Se estima que en los actuales jardines botánicos del mundo se cultivan unas 80.000 especies de plantas, la quinta parte de la flora mundial, entre ellas unas 15.000-20.000 son especies amenazadas.
Por estas razones los jardines botánicos no son solamente un lugar de recreo para nuestros sentidos sino que son unos importantes lugares de investigación y de conservación de la diversidad biológica del planeta. Y, curiosamente, el Ministerio de Cultura ha concedido este año el premio al libro mejor editado (bajo la categoría "Arte"), a la obra Memoria y naturaleza: el archivo del Real Jardín Botánico, de María Pilar San Pío (editorial Lunwerg), que recorre la historia de esta institución madrileña. Este libro está a tu disposición para su consulta en la Biblioteca de Ciencias.
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