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lunes, 8 de octubre de 2012

Pequeños investigadores

Hace 30 años, Piaget, describía a los niños como seres irracionales, ilógicos y limitados al aquí y al ahora. Sin embargo, unas nuevas investigaciones científicas han dado la vuelta a estas ideas que parecen minusvalorar el verdadero pensamiento de los más pequeños.

Una investigación en la Universidad de California, nos trae resultados muy curiosos: dos niños menores de dos años ven a una persona ‘A’ que coge ranas de una caja llena de ranas, o bien ranas de una caja en la que solo hay patos. ‘A’ se marcha y otra persona ‘B’ da a los niños dos cajas, la primera con ranas y la segunda con patos. Cuando ‘A’ vuelve y extiende la mano, los niños pueden darle tanto una rana como un pato. Los resultados muestran que, cuando la persona ‘A’ había cogido ranas de la caja llena de patos, los niños le daban una rana porque intuían que prefería las ranas; en cambio, cuando había cogido una rana de la caja llena de ranas, le daban indistintamente un animal o el otro porque intuían que su elección había sido al azar.

Parece por tanto que, los niños adquieren el conocimiento por procesos similares a la inducción científica: analizan patrones estadísticos, hacen experimentos y asimilan conocimientos mediante la observación de lo que hacen los demás.

Otra característica del comportamiento científico de los niños, es que aprenden extrayendo conclusiones a partir de lo que hacen los demás. Un experimento demuestra esta característica: niños de cuatro años ven secuencias distintas de tres acciones con un juguete. Esas acciones sucedían o no en cada prueba y el análisis estadístico de los datos sugería que solo las últimas dos maniobras eran necesarias para activar el juguete. Los resultados vuelven a sorprender, pues cuando los niños cogían el juguete, con frecuencia solo reproducían las dos acciones relevantes, en lugar de imitar todo lo que habían observado antes, lo que demostraría que los más pequeños pueden aprender las relaciones causales observando lo que otras personas hacen y el resultado de esas acciones.

Estos experimentos parecen demostrar que el pensamiento de los más pequeños funciona como el de los científicos, basándose en la estadística y las acciones causales de los demás, lo cual podría suponer un importante cambio y una mejora en la manera de enseñar las disciplinas científicas.

La referencia del artículo es:
 - Alison Gopnik. “Scientific Thinking in Young Children:Theoretical Advances, Empirical Research, and Policy Implications”. Science 28 September 2012: Vol. 337 no. 6102 pp. 1623-1627,
DOI: 10.1126/science.1223416

Accede al artículo completo a través de Biblos-e Revistas.

Fuente: sinc, 27 de septiembre de 2012.

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