Fue reconocida como enfermedad en el año 1992 por la Organización Mundial de la Salud, incluida en los Síndromes de Sensibilización Central.
El día 12 de mayo se conmemora el nacimiento de una de las enfermeras más reconocidas de la historia, Florence Nihgtingale, quien con 35 años fue diagnosticada de una enfermedad paralizante, con bastantes similitudes a lo que hoy se considera como fibromialgia y síndrome de fatiga crónica.
Se trata de un síndrome crónico, caracterizado por dolor constante generalizado que se manifiesta como quemazón muscular acompañado de fatiga que no se corresponde con el esfuerzo. Su origen es orgánico y hay una alteración de los mecanismos de modulación del dolor y tiene un fuerte componente bio-psico-social.
Con motivo de esta celebración, la Asociación de Pacientes de Fibromialgia de la Comunidad de Madrid (AFIBROM) ha organizado unas jornadas en el Hospital Ramón y Cajal a la que han acudido enfermos, médicos, psicólogos y abogados para poner en común las novedades científicas y las necesidades de los afectados. El profesor Mario Cordero, investigador de la Universidad de Sevilla, ha presentado un reciente hallazgo que puede suponer un punto de inflexión importantísimo en el abordaje de esta enfermedad: la mayoría de los pacientes tienen una disfunción de la coenzima Q10 que, al corregirse, mejora sensiblemente el cuadro inflamatorio y la fatiga crónica.
Al corregirse esta disfunción tomando coenzima Q10, el cuadro mejora sensiblemente: disminuye el dolor difuso general, el dolor localizado, la rigidez muscular, el dolor de cabeza y el cansancio. Mejora la memoria, el sueño se hace más reparador y como consecuencia de todo ello, el estado de ánimo cambia sustancialmente. El profesor Cordero matiza que sólo se debe tomar la coenzima Q10 una vez que se ha diagnosticado esta disfunción, algo que se consigue con un análisis de sangre.
La investigación sobre la fibromialgia aumenta cada día. Son especialmente relevantes los avances en el conocimiento de los mecanismos físicos y químicos que se producen en nuestro cuerpo en respuesta a estímulos, como el estrés. Aunque hoy por hoy, no existe ningún tratamiento que permita curar la fibromialgia, sí es posible aliviar el dolor y mejorar los problemas asociados, que son múltiples y variados. Es cuestión de tiempo que estos adelantos se traduzcan en tratamientos más eficaces.
En la Biblioteca de la UAM disponemos de material relacionado con esta patología.
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