Uno de los hechos de mayor trascendencia en la historia de la medicina es la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna enviada por el rey de España Carlos IV, y que partió en 1803 del puerto de Coruña, para llevar la vacuna de la viruela a sus colonias de América y Filipinas, a muy pocos años (1798) de haberse dado a conocer al mundo el descubrimiento de la vacuna antivariólica por Edward Jenner (1749-1823), médico inglés nacido en Berkeley, y cuya aplicación ya había comenzado en Europa.
Llegaron a vacunar a más de 500 mil personas con la técnica del "brazo a brazo" a través de las Juntas de Vacunación que iban creando. Todo ello fue posible gracias a la meticulosa organización del director de la expedición, el alicantino Javier Balmis y a Isabel Zendala Gómez, Rectora de la Casa de Expósitos del Hospital de La Caridad de A Coruña.
Junto con la valía profesional nos encontramos la valía personal de Balmis. Hombre metódico, minucioso, delicado, responsable, astuto, abnegado... cualidades, innatas y cultivadas, que le permitieron conseguir con éxito la Real Expedición. Balmis es un ejemplo de burócrata ilustrado al servicio de la sanidad. Y era consciente de que su labor profiláctica supondría la primera hazaña preventiva en la historia de la vacunología.
Esta historia acaba de ser llevada a una novela, "A flor de piel", por el escritor Javier Moro presentada en la Feria del Libro de Madrid.
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