En su edición de 2016, el Premio Nacional de Arte Gráfico le ha sido concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a Gustavo Torner (Cuenca, 1925). El jurado del premio, con Antonio Bonet, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a la cabeza, ha destacado entre los méritos de Torner la "importancia excepcional al dibujo y a la expresión gráfica..." y "su definitiva aportación a la consideración de la naturaleza y su representación abstracta como síntesis de la búsqueda del conocimiento a través del arte".
Gustavo Torner comenzó su carrera artística cuando era estudiante de Ingeniería Técnica Forestal; de formación autodidacta, su amistad con Antonio Saura influyó marcadamente en su trayectoria, que le llevaría a convertirse en uno de los artistas abstractos españoles más importantes. Junto con Gerardo Rueda y Fernando Zóbel formó en los sesenta la Escuela Conquense y en el año 1963 instaló en las famosas Casas Colgantes de esa ciudad, también en colaboración con Zóbel el famoso Museo de Arte Abstracto Español, un referente de este tipo de instituciones, poseedor de una importantísima colección con obras de Chillida, Canogar, Tàpies y por supuesto de los propios Torner y Zóbel.
La Academia de Bellas Artes tiene previsto montar una exposición sobre la obra de Gustavo Torner el año próximo con motivo del galardón concedido, cuyo anuncio se ha efectuado, precisamente, en la inauguración de la muestra La locura del ver, donde se homenajea a José María Sicilia, Premio Nacional de Arte Gráfico 2015.
La locura del ver muestra por primera vez los cinco volúmenes de la serie El libro de las mil y una noches de José María Sicilia (Madrid, 1954), proyecto iniciado en 1996 y que se expone junto a otras cuatro obras recientes en la Calcografía Nacional y está basado en una edición francesa de Las mil y una noches de Joseph-Charles Mardrus. Según Sicilia, esta serie habla de su relación con la vida: "Para mí, Las mil y una noches han sido una noche más a añadir, la noche de mi vida, de mi cuerpo". Las otras obras son un kimono bordado con representaciones inspiradas en los efectos del tsunami de Tohoku, a través del cual se introduce al espectador a la exposición y tres estampas de La locura del ver (2016), basadas en la física cuántica.
Imágenes: El País y Hoyesarte.com
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