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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Nunca se puede bombardear un hospital

El pasado 13 de diciembre de 2016, la ONG Médicos Sin Fronteras proyectó sobre la fachada del Hospital Universitario La Paz, un vídeo mapping representando el bombardeo de un centro sanitario.


Con este acto de repulsa y también de solidaridad, la ONG ha querido denunciar el hecho de que centros de salud se hayan convertido en objetivo de guerra en países como Siria, Yemen o Afganistán, donde los ataques a hospitales matan a personal sanitario y a pacientes.

Casi todos los estados del mundo son partes signatarias de los Convenios de Ginebra, establecidos en 1949, y los Protocolos Adicionales establecidos en 1977, que se refieren en su esencia a la protección de víctimas de las guerras. El Derecho Internacional Humanitario (DIH) establece una protección especial para las instalaciones, personal y medios de transporte médicos en tiempos de guerra. Todas las partes en un conflicto deben tomar todas las medidas para asegurar que ni el personal médico ni los hospitales u otras instalaciones sanitarias son atacados.

 “Más allá del daño inmediato, la destrucción de un hospital conlleva la pérdida de un servicio crucial para una población muy vulnerable. A menudo, el hospital atacado es el único operativo en la zona y con su destrucción se pierden todos los servicios médicos vitales para la supervivencia de la población en un momento crítico de sus vidas", señala MSF.

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