El 15 de noviembre de 1959 la familia Clutter es asesinada en el tranquilo pueblo de Holcomb (Kansas, EEUU). Truman Capote, muy popular por aquel entonces tras el éxito de Desayuno en Tiffany's (1958), propone al periódico New Yorker trasladarse a Holcomb con el propósito de realizar un reportaje sobre la conmoción que un hecho semejante habría producido en una comunidad tan pequeña y aislada.
Allí va a entrar en contacto con todos los protagonistas de la historia: consigue la colaboración del policía encargado de la investigación, de los habitantes del pueblo y finalmente de los asesinos, Dick Hickock y Perry Smith. Así, lo que iba a ser un reportaje, empieza a transformarse en la novela que lo consagraría y que publicaría seis años más tarde, tras la ejecución de los asesinos: A sangre fría (1966).
En ella narra con detalle cómo ocurrieron los hechos, dibuja con maestría y profundidad los retratos de los miembros de la familia asesinada y, sobre todo, los de los asesinos, en especial el de Perry, con quien Capote llegó a entablar una especial relación.
En ella narra con detalle cómo ocurrieron los hechos, dibuja con maestría y profundidad los retratos de los miembros de la familia asesinada y, sobre todo, los de los asesinos, en especial el de Perry, con quien Capote llegó a entablar una especial relación.
Se muestran dos mundos: el de la tranquila, ordenada y próspera familia asesinada, y el pobre y desarraigado de quienes cometieron los crímenes.
En 1967, el director de cine Richard Brooks filma una magnífica adaptación bastante fiel al texto de Capote y a la que da el mismo título: A sangre fría (In Cold Blood). La tensión, el ritmo que imprime a la película, la música y la magnífica fotografía en blanco y negro consiguen trasladar a la pantalla el espíritu de la novela y se convierte también en una reflexión sobre la pena de muerte: los asesinos mataron a sangre fría y a sangre fría fueron ejecutados.
En 2005 y 2006 se estrenaron dos películas que muestran la labor de investigación llevada a cabo por Capote durante años y el grado de implicación personal y desgaste emocional que le supuso la escritura de la novela: Capote (2005) de Bennett Miller, protagonizada por Philip Seymour Hoffman que le valió un Oscar, e Historia de un crimen (Infamous) de Douglas McGrath (2006).
Gran novela. Grandes películas.
En 1967, el director de cine Richard Brooks filma una magnífica adaptación bastante fiel al texto de Capote y a la que da el mismo título: A sangre fría (In Cold Blood). La tensión, el ritmo que imprime a la película, la música y la magnífica fotografía en blanco y negro consiguen trasladar a la pantalla el espíritu de la novela y se convierte también en una reflexión sobre la pena de muerte: los asesinos mataron a sangre fría y a sangre fría fueron ejecutados.
En 2005 y 2006 se estrenaron dos películas que muestran la labor de investigación llevada a cabo por Capote durante años y el grado de implicación personal y desgaste emocional que le supuso la escritura de la novela: Capote (2005) de Bennett Miller, protagonizada por Philip Seymour Hoffman que le valió un Oscar, e Historia de un crimen (Infamous) de Douglas McGrath (2006).Gran novela. Grandes películas.
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