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miércoles, 10 de mayo de 2017

¿Cuál es mejor: el libro electrónico o el de papel?

Hace ya varios años se viene discutiendo sobre los beneficios y las complicaciones de los libros digitales, sobre la siempre anunciada muerte del libro en papel, sobre el coste y la zozobra que todo eso supone para el mercado editorial.

La aparición de los libros digitales provocó hacia mediados de la década pasada, un miedo ampliamente extendido en todo el mundo que repercutió más en los integrantes del mercado editorial que en los propios lectores. En 2014, Amazon y la editorial Hachette Book Group cerraron un largo conflicto por la venta de libros electrónicos, ya que el primero se negaba a comercializar los libros digitales editados por la editorial francesa. El litigio terminó con un manifiesto firmado por más de novecientos escritores de todo el mundo que despreciaban la forma de actuar de Amazon.

Hace unos años se creía que el futuro estaría marcado por los libros electrónicos y que el formato papel desaparecería tarde o temprano. Sin embargo, cuando se cumplen diez años del lanzamiento de Kindle, los resultados parecen ser otros.

En Estados Unidos (el principal mercado a nivel mundial) el libro digital supone el 25% de las ventas, y en los últimos dos años ha caído notablemente. Lo mismo ocurre en Reino Unido y Francia.
En España alcanzó el pasado año el 28% de la producción editorial, es decir, un incremento con respecto a las cifras del 2015. No obstante, aún es un público minoritario el que lee en digital. Mientras el 78,6% de los españoles que leen prefiere el libro impreso, solo un 11% opta por el electrónico. Según un informe sobre el libro elaborado por el Ministerio de Educación, el público que prefiere la lectura digital es el comprendido entre los 20 y los 24 años.

La disminución del libro digital se explica por varias razones: la primera de ellas es el coste elevado. Mientras el IVA del libro impreso es del 4%, el del mismo libro en digital es del 21%. El pasado 1 de diciembre, la Comisión Europea propuso una simplificación de las reglas sobre el IVA en los Estados de la UE que permitiría equiparar ambos productos.

Otra de las razones parece ser la fatiga que generan ciertos dispositivos electrónicos con pantallas de luz blanca, como los portátiles, los móviles o las tablets. Los e-readers, en cambio, cuentan con tinta electrónica que no genera cansancio visual. De todas formas, una de las razones más escuchadas por las cuales no se elige el libro electrónico es la posibilidad que ofrece el libro impreso de apartarse (aunque sea por un rato) de las pantallas que nos rodean todo el tiempo.

Una última razón pareciera ser la disminución de lectores. Según varios editores y escritores, las ventas han caído porque el hábito de lectura ha disminuido, estrechamente ligado a la falta de tiempo de las sociedades actuales.

La discusión está sobre el tapete: algunos prefieren el papel y otros la pantalla. ¿Tú cuál prefieres?

Imagen: Pixabay.com


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