Animadores socioculturales, organizadores de festejos, terapeutas
de pareja, psicólogos, enfermeros, canguros, conferenciantes, actores,
traductores simultáneos, policías, guías turísticos, trabajadores sociales,
seguratas, jefes de protocolo, conductores y taxistas… y además de todas estas
funciones, dan clase o, al menos lo intentan. No cabe duda, estamos hablando
del profesorado de Educación Secundaria. Del profesorado, sí, pero también de los
alumnos, de los padres y de la educación, sin tapujos, nos habla el novelista,
dramaturgo, filólogo y profe Fernando
J. López en su “manual gamberro de supervivencia en secundaria”: Dilo en voz alta y nos reímos todos (Editorial Planeta, 2016).
Si eres profe de
Secundaria, será muy difícil que no te identifiques con algunas de las
situaciones descritas en el texto, como también lo será que no se te escapen
unas cuantas risas recorriendo sus páginas. Desde la supervivencia en el
claustro de profesores o los mecanismos para afrontar una guardia al complejo
diseño del mapa geográfico del aula y la fascinación por la originalidad de
algunas respuestas de examen. El título hace honor al contenido: la risa es
inevitable.
Si aún no eres profe de
Secundaria, pero quieres serlo, en esta obra encontrarás todo lo que no te
contaron en el antiguo CAP o lo que posiblemente no te contarán en el máster en
formación de profesorado: dosis ingentes de realidad de aula. Fernando J. López
comparte su experiencia como profesor de instituto en voz alta, permitiéndonos
aprender de situaciones que todo futuro docente podrá encontrar en sus camino y
planteando preguntas que todos nos hicimos: ¿cuál es la mejor hora para dar
clase?, ¿de dónde surge la chiclefobia docente?, ¿cómo innovar en el aula?, ¿un
4,5 es un 5?, ¿qué tipología básica de alumnos existen?, ¿cómo sobrevivir al “y
esto para qué sirve”?, ¿educas o enseñas?
Si no eres profe, ni
quieres serlo, da igual, porque seguro que alguna vez has sido alumno o incluso
eres padre. Este libro te ayudará a conocer de primera mano lo que ocurre más
allá de las puertas del insti. Y es
que como recoge el propio autor, solo se puede hablar con humor de algo que
realmente apasiona. Dilo en voz alta y
nos reímos todos es una mirada irónica y crítica a las aulas de nuestros
centros de ESO y Bachillerato que, en clave de humor, verbaliza todos aquellos
pensamientos, miedos, reflexiones, dudas e ilusiones de quienes enseñan Música,
Matemáticas, Lengua o Química y más allá, de quienes educan. Porque es
necesario dar (más) voz a quienes conocen las aulas de primera mano, tanto en
la sociedad como en la formación de los futuros docentes. Porque es necesario
que todos esos pensamientos, miedos, reflexiones, dudas e ilusiones sean dichas
en voz alta. Porque, en palabras del autor, las tizan pueden cambiar el mundo. Por
todo ello, léelo en voz alta y seguro que, además de reírnos, aprendemos todos.
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