Cuando Margaret Tatcher comenzó su carrera política, a finales de los años 40, no imaginaba que sería la primera mujer en alcanzar el Primer Ministerio de su país, y además, quien ocuparía ese cargo por más tiempo: once años, para ser exactos.
Lo cierto es que durante la década del 80 se convirtió en la mujer más poderosa del mundo y su fama se hizo global, adornada con conflictos políticos dentro y fuera de su país. Cuando finalizó su cargo, ya era todo una leyenda, conocida en el mundo como “la dama de hierro”, por la rigidez con la que gobernó hasta 1990.
Esa metáfora es el título de la película biográfica que dirigió en 2011 la aclamada Phyllida Lloyd, y que protagonizó Meryl Streep. El film muestra tanto los humildes orígenes de la joven Margaret (cuyo nombre de soltera era Roberts), como su ascenso en la trayectoria política hasta convertirse en la líder del Partido Conservador.
Estructurada en base a los recuerdos de una ya anciana Margaret Tatcher, La dama de hierro recurre a flashbacks continuos para construir esa trayectoria profesional. Paralelamente (aquí está el mayor atributo del film), frente a la rigidez de esa vida política, frente a la crudeza con la que esa Primer Ministro toma sus decisiones, se antepone la vida personal, en la que Tatcher es un adorada esposa y una preocupada madre de familia.
Esa ambivalencia del carácter hace que el personaje sea creíble y profundamente atractivo. No cualquiera podía meterse en ese rol, así que la elección de Streep fue pertinente. En sus gestos, en sus miradas, en las inclinaciones de su voz (cuyo acento británico imita a la perfección), se dibujan todas las facetas de una mujer tan dura como tierna.
El trabajo de Streep está muy bien acompañado por el de Jim Broadbent, que encarna a su marido, Denis Tatcher, un fantasma que se le aparece en la viudez para recordarle los principales momentos de su vida. El recurso es efectivo y tiñe a los personajes de una ternura inolvidable.
Por otra parte, el ritmo es vertiginoso. Los planos son detallistas, cuidados, la música acompasa esa regularidad y los cuerpos se mueven casi como en una coreografía. Por supuesto, otra vez hay que destacar, en esto último, a Meryl Streep: su trabajo corporal, que va de la joven y dinámica política a la anciana y casi inválida mujer que recuerda, es formidable. Tal fue el magisterio que al año siguiente obtuvo su tercer premio Oscar y su octavo Globo de Oro.
La película causó gran controversia: en su país (donde la Tatcher sigue siendo odiada por muchos), en Argentina (donde la visión británica de la guerra de las Malvinas es muy opuesta a la suya), y en otros países a lo ancho del planeta. Algo quedó claro con eso: la vigencia de la dama de hierro estaba intacta.
Imagen: Sensacine
Trailer: Youtube
Excelente película. Muy bien reseñada. Enhorabuena!
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