“Puesto que es preciso explorar todos los círculos de la
corrupción sexual, continuemos esta excursión y hablemos de esos hombres que,
en realidad, son mujeres. Los cafés especiales donde tales hombres se reúnen
están abiertos al público.
Sus costumbres son muy comentadas en las canciones
frívolas, en los periódicos, en las novelas y en las conversaciones corrientes.
Es preciso que estos comentarios no empujen hacia tolerancia. Para conseguirlo,
importa estudiar desde sus comienzos a estos defraudadores sexuales, para
conocer la antigüedad de su vicio, su infamia y sus peligros”.
Con estas palabras extraídas de Los defraudadores del amor de Albert Chapotin se inicia Al margen de la naturaleza, libro publicado
por Debate y galardonado con el Premio Sagasta de Ensayo (2016). A través de
sus páginas, su autor, Víctor Mora Gaspar (Valencia, 1981), investigador en
Humanidades en el Instituto de Estudios de Género de la Universidad Carlos III
de Madrid, aborda la persecución de la homosexualidad durante el franquismo a
partir del análisis de textos científicos publicados en la dictadura, atendiendo
a leyes, terapias y condenas.
El autor centra su atención en la homosexualidad
masculina, dado su papel hegemónico entre las “perversiones” de los documentos
analizados, lo cual, apunta Mora Gaspar, no deja de ser un reflejo de la
misoginia imperante en el discurso franquista, que relegaba la figura de las
lesbianas a mujeres que al no haber encontrado “un buen varón”, caen en los
brazos de la amiga, pervirtiéndose.
Palabras como las de Albert Chapotin, para quienes todos los “pervertidos”
compartían el encontrarse al margen de la naturaleza, y la de otros
protagonistas de este ensayo, hoy pueden juzgarse carentes de fundamento
científico alguno o propias de un tiempo lejano que en modo alguno fue mejor. Sin
embargo, la investigación de Víctor Mora pone de manifiesto cómo estos mensajes
fueron parte de la ciencia de la época.
Frente a una visión de la ciencia como
un corpus de conocimiento ajeno a ideologías y contextos sociales y políticos,
este tipo de trabajos la revelan como una actividad humana que en absoluto
puede entenderse de forma completa desligada de su contexto histórico, político
y social.
Al margen de la
naturaleza muestra cómo la ciencia no estuvo al
margen, no fue neutral. Desde el
activismo y la investigación académica, Víctor Mora invita a “cuestionar y
cuestionarnos siempre hasta qué punto los saberes sobre el mundo han sido dados
y adquiridos sin mediar por nuestra parte un ejercicio crítica sobre los
mismos”.
En una sociedad heredera de aquella en la que, aun en 1975, un 83% de la población pensaba que había que
hacer desaparecer la homosexualidad, ¿qué voces de aquellos discursos siguen
hoy vivos? ¿Qué papel desempeñaron los tratamientos médicos y psiquiátricos para
erradicar la homosexualidad? Muchas preguntas y respuestas que Al margen de la naturaleza plantea y
recoge. Una reflexión crítica que encierra múltiples potencialidades que la
educación actual no ha dejar escapar. Una oportunidad para construir entre
todos una educación libre de prejuicios, marcas, esencialismos y condicionantes.
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