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miércoles, 14 de noviembre de 2018

A veces llegan cartas (1): Correspondencia 1925-1975 (Hannah Arendt, Martin Heidegger, 2000)

“Soy uno de aquellos hombres a la antigua, que ven todavía en las cartas un medio de trato; uno de los más bellos y fructíferos”. 
Rilke (Cartas a una joven mujer)





Hubo un tiempo en el que no existían ni WhatsApp, ni el correo electrónico. Hubo un tiempo en que los carteros dejaban en nuestros buzones algo más que facturas… Pero en este tiempo hemos cambiado el sello y el sobre por un botón de Enviar y una bandeja de entrada.
No obstante, aún pueden llegar a nuestras manos aquellas cartas que otros escribieron y que sirvieron para engrosar los anaqueles dorados de la literatura y alimentar los exquisitos gustos literarios…

Todos, o casi todos, sentimos una curiosidad inevitable por saber qué se dicen otras personas en contextos semejantes. Quizá por eso siempre despierta nuestro interés adentrarnos en las cartas que otros se escribieron… Quizá se reduzca a ese deseo de descubrir que no somos muy distintos a los demás, o que sí lo somos… Qué más da. En cualquier caso, nos permite acercarnos un poco más a ellos, a aquellos que se atrevieron a dejarlo por escrito y que trataron de salvar su distancia, no solo geográfica, con un trozo de papel y una pluma entintada.

Por eso, hoy presentamos una nueva campaña con la carta como hilo conductor. También intentaremos dar una banda sonora a estos singulares epistolarios, aunque no siempre sea fácil hacer que armonicen en sintonía perfecta. Llegado el caso, optaremos por el silencio como única música para acompañar las lecturas.

Nuestra primera recomendación tiene como protagonistas a dos ilustres y controvertidos pensadores: Hannah Arendt y Martin Heidegger. Ellos no tuvieron WhatsApp, ni correo electrónico… Se escribieron cartas durante casi cincuenta años.  
Por primera vez, procedentes de los legados que de ambos se conservan, se publican todos los documentos escritos que se dedicaron el uno al otro. 119 cartas, postales y cortos mensajes de Heidegger y 33 de Hannah. También están incluidas algunas de las que se intercambiaron Elfride, esposa del filósofo, y Arendt…

El compendio lleva por título Correspondencia 1925-1975 y otros documentos de los legados. La versión española fue publicada en el año 2000 por la editorial Herder. El núcleo fundamental de la obra se compone, además de la transcripción de sus cartas, de una selección de fotografías, algunas reproducciones de manuscritos de la pareja y una recopilación bibliográfica de su producción.
Tenemos entre las manos un testimonio que trasciende el universo de los sentimientos. No se trata de una colección de cartas que exuden amor en cada palabra. Por el contrario, son bastante frías en el sentimiento, aunque no dejan lugar a dudas de la relación que había entre ellos. 

Vale la pena leer sus cartas. No solo por curiosear en lo que una pareja como ellos se dice y cómo se lo escriben, sino para tratar de entender que el amor o la pasión, o las dos cosas, no se explican con la razón. Simplemente, no se explican, tan solo se viven. De otro modo, resultaría imposible asimilar una relación como la de estos dos personajes, antisemita uno, judía la otra, enganchados física e intelectualmente durante cinco décadas. A pesar de todo, a pesar de él, se dice que Hannah Arendt nunca dejó de amarlo; su relación fluyó entre la admiración intelectual, el amor y el desprecio. Su correspondencia finalizó el día que ella murió. Tan solo cinco meses después, el filósofo también falleció.

Hoy, escogemos el silencio como la mejor banda sonora... ¡Feliz lectura!


Imagen: casadellibro.com

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