La Posada de Jamaica, novela gótica escrita en 1936, refleja en sus páginas la admiración de Du Maurier por las hermanas Brontë (llegó incluso a escribir una biografía sobre el hermano maldito, Branwell), si bien en este caso se inclina más por inspirarse en Emily y Cumbres borrascosas que en Charlotte y Jane Eyre como hizo en Rebeca.
De nuevo ambienta la narración en Cornualles, en la decrépita y tenebrosa posada que da título al libro, regentada por Joss Merlyn y su esposa Patience hacia 1820 en el camino de Bodmin a Launceston.
La joven Mary Yellan, sobrina de Patience se ve obligada a ir a vivir con sus tíos al quedar huérfana con veinte años; acostumbrada a una vida familiar cálida y sin sombras, el choque con el ambiente ominoso y perturbador de la posada en donde nadie se hospeda por la mala fama del dueño, sospechoso de contrabando, resulta demoledor para Mary. No obstante, a pesar del hosco recibimiento de su tío, un hombre violento y cruel, Mary se sobrepondrá al deseo de poner tierra por medio y decidirá quedarse un tiempo en tan sombrío lugar a causa de su tía, una mujer que vive aterrorizada por su marido y la forma de vida de este pero a quien guarda una extraña e inquebrantable lealtad, con la esperanza de llevársela de allí tan pronto como pueda.
No tardará mucho la joven en conocer las malas compañías que frecuentan la posada por las noches y en comprender que Joss no sólo comercia con objetos robados sino que tanto él como sus compinches son unos asesinos sin escrúpulos que provocan naufragios para quedarse con las pertenencias de los ahogados. Abrumada por el horror, decide denunciar a su tío a las autoridades, pero no será un cometido fácil al no saber en quien confiar, pues por encima de Joss hay alguien que da las órdenes y es tan peligroso que hasta este le teme.
Pero Mary deberá enfrentarse también a otras incertidumbres provocadas por la aparición en escena de Jem, el hermano pequeño de Joss, un ladrón de caballos que no es ajeno a los turbios negocios de la posada y por quien empezará a sentir una gran atracción.
Como en Cumbres borrascosas, la narración transcurre en medio de un paisaje abrumador por su fuerza: los páramos que rodean la posada, tan solitarios y salvajes como los personajes, contrastando la firmeza de carácter de Mary, ¡formidable heroína!, y su determinación, con la degradación que la rodea, especialmente representada en Joss, un hombre atormentado por sus crímenes que recuerda en cierto modo a Heathcliff.
Como curiosidad comentaremos que la posada Jamaica existe realmente en el camino a Bodmin y que Du Maurier se inspiró en ella para su novela en el transcurso de un viaje que hizo por la zona con su esposo.
En cuanto a las adaptaciones cinematográficas del relato, la más famosa es la dirigida por Alfred Hitchcock en el año 1939 (Jamaica Inn) y la primera que hizo de las obras de esta autora, a la que admiraba mucho. Protagonizada por Maureen O'Hara en su debut en la gran pantalla, es una cinta que combina aventuras y suspense. Los cambios radicales en la trama para contentar al público norteamericano no fueron del agrado de la autora, aunque debemos agradecer a dichos cambios el personaje del terrateniente interpretado magistralmente como siempre por Charles Laughton, quien le da unos matices irónicos y perversos muy en su estilo.
Más cercana al original resultó la adaptación realizada en 2014 para la pequeña pantalla en una miniserie en tres capítulos (Jamaica Inn) protagonizada por Jessica Brown-Findlay, Matthew McNulty y Joanne Whiley. Bien interpretada, hay que destacar, como en todas las producciones de la BBC, la magnífica ambientación y la impactante fotografía del paisaje de los páramos de Bodmin.
Imágenes: IMDb
Tráileres: YouTube
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