Cine japonés de ayer, hoy y de siempre (VI): Una pastelería en Tokio

La palabra "an" se traduce como "sweet bean" o "dulce pasta de judías rojas". Nada como los orientales para transmitirnos tanto con tan poco: la empatía, la tolerancia, la fragilidad de los seres humanos, la marginalidad (en este caso, por culpa de una enfermedad grave).

La directora sobresale en su interés por mostrar el contraste entre el hermoso paisaje frente a la asfixiante soledad de los protagonistas.

Sentaro, el dueño de una pequeña pastelería se topa con una peculiar anciana, Tokue que busca trabajo. Aunque Sentaro al principio se muestra reticente, es el sabor de su gelatina de habichuelas casera lo que le convence para contratarla. Progresivamente el espectador asiste al inicio de una relación que va mucho más allá de los dulces.

Mientras los dos actores principales trabajan a través de sus respectivos sentimientos de pérdida y resignación, el final de la película toma una forma de poema familiar del trabajo más esotérico de Kawase.

Los puntos a favor y en contra

La trama es sin duda uno de los puntos fuertes de la película, imbuida del budismo zen japonés. Los personajes están muy bien desarrollados y brillan sus interpretaciones. Además se hace palpable un perfecto equilibrio entre comedia y drama.

Quizá de lo que adolece la cinta es que la trama puede resultar poblada de clichés para tratar temas tan profundos.

Ficha técnica de la película

• Título: An (Una pastelería en Tokio)
• Año: 2015
• Duración: 113 minutos
• País: Japón
• Director: Makoto Shinkai
• Guion: Naomi Kawase (Novela: Durian Sukegawa)
• Música: David Hadjad
• Fotografía: Shigeki Akiyama
• Productora: Coproducción Japón-Francia-Alemania

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Fuente de la imagen: FilmAffinity