Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha creado un modelo de gestión adaptativa que permite controlar los efectos negativos del turismo en Isla Barriento, una de las zonas antárticas más visitadas del Continente Blanco, y proponer medidas para reducir el impacto en la biodiversidad.
Los científicos toman como referencia la experiencia acumulada en espacios naturales, como el Parque Nacional Galápagos (Ecuador/), y se valen de la recogida de forma periódica de indicadores de impacto.
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