Dioscórides, médico griego del siglo I, al que se puede considerar el padre de la farmacología, escribió este tratado de botánica farmacéutica, el más importante hasta el siglo XVIII, que constituye un ejemplo excepcional de la transmisión de conocimientos a través de los siglos.
Esta obra fue traducida al árabe en el siglo X, en tiempos de Abderramán III; más tarde, la Escuela de Traductores de Toledo vertió al latín estos conocimientos, siendo la primera edición española en latín la de Antonio de Nebrija, en 1518.
En el año 1555 el editor Juan Latio publica en Amberes la traducción en castellano, realizada por el doctor Andrés Laguna, uno de los grandes médicos, humanista, lingüista y poeta del siglo XVI, médico del papa Julio III. Laguna incluyó en esta edición más de seiscientos dibujos de plantas y animales diseñados por él mismo, que fueron grabados en tacos de madera a la fibra. Se desconoce quién pudo ser el grabador, pero probablemente, al tratarse de una edición belga, sea algún artista flamenco de la época. Este ejemplar, de gran calidad técnica, se imprimió en vitela y se iluminó para regalárselo a Felipe II.
Estamos ante una de las grandes obras de la historia de la medicina, cuya contemplación es un deleite para los sentidos.
La Biblioteca de la UAM cuenta con numerosa bibliografía sobre este autor.
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