Hay un dicho en las bibliotecas que dice que un libro mal colocado es un libro perdido. Tratamos de evitar que quien va a la estantería a por un libro no lo encuentre (puede ocurrir, y hay que recordarlo con frecuencia, que esté prestado o lo esté usando alguien en la sala). Desde aquí queremos insistir una vez más en la necesidad de dejar los libros y las revistas en los carros una vez los hayáis consultado, y no colocarlos de nuevo en las estanterías o dejarlos en la balda de cualquier modo.
El personal de la biblioteca se encarga de colocarlos y de revisar la colección para que cada libro o revista esté en su sitio, una tarea que tendrá mayores beneficios si colaboramos entre todos.
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