El Día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre y el Día de Los Difuntos al día siguiente. Es una tradición católica instituida en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
Es una fecha para recordar a los seres fallecidos y se acude a los cementerios a poner flores, normalmente crisantemos, sobre las tumbas de sus difuntos.
Esta es una fiesta más religiosa que pagana. La iglesia celebra una misa en memoria de los santos y recuerda la relación con los que están al otro lado.
Aunque son días de introspección y rezo, también hay cabida para el deleite del dulce típico: los huesos de santo. Este postre del tamaño del dedo pulgar está hecho con yema de huevo y azúcar.
En los últimos años se ha puesto de moda celebrar Halloween (contracción de All Hallows' Eve,
'Víspera de Todos los Santos'),es una fiesta de origen celta que se celebra en la noche del 31 de octubre, vinculada con la conmemoración del Samhain, en la que los niños van por las casas preguntando ¿truco o trato? Si hay trato se les da golosinas y si no... ellos hacen travesuras.
Encontramos el origen de esta tradición en la Edad Media cuando mujeres y niños iban por las casas pidiendo alimentos y limosnas a cambio de rezar unas oraciones por los difuntos. Hoy en día ya no hay oraciones... pero sí dulces.
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