En esta ocasión os queremos hablar de la película, Taxi Teherán (2015), rodada como falso documental por Jafar Panahi.
El cine de este discípulo del recientemente fallecido cineasta iraní, Abbas Kiarostam, se vale de unas sutiles metáforas para denunciar --entre otros aspectos-- la censura que asola su país, Irán.
Panahi rueda este falso documental en la línea de Kiarostami en la película Ten, esto es, situando una cámara oculta en un habitáculo cerrado y pequeño (en el salpicadero) de su taxi. De esta manera se subraya de manera metafórica la dificultad de tocar ciertos temas en el cine iraní.
Panahi rueda este falso documental en la línea de Kiarostami en la película Ten, esto es, situando una cámara oculta en un habitáculo cerrado y pequeño (en el salpicadero) de su taxi. De esta manera se subraya de manera metafórica la dificultad de tocar ciertos temas en el cine iraní.
Los temas que Panahi se afana en denunciar y que le cuestan censuras y más censuras por parte del régimen iraní son la propia censura, la (ausencia) de libertad de expresión, la ausencia de otros derechos humanos fundamentales y la incomunicación humana.
En 2010, este director fue condenado a 6 años de cárcel y 20 de inhabilitación para hacer cine, viajar al extranjero o conceder entrevistas; apeló esta sentencia pero en octubre de 2011 un tribunal de Teherán confirmó la pena. Precisamente por esto, Panahi en sí mismo constituye el tema que queremos destacar esta entrada: la censura y la falta de libertad.
Por las calles por las que pasa el taxi de Panahi, discurre la vida, una existencia no exenta de dilemas y diatribas que al espectador le resultan cotidianos e inocentes pero que, en este país, se tiñen del añadido de la censura y la prohibición.
A lo largo del recorrido en taxi por las calles de Teherán, asistimos a las conversaciones que los clientes del taxi le plantean al taxista; cada cual con su propia historia (un tipo que luego confiesa ser un ladrón, una maestra, la sobrina repipi de Panahi o el dueño de un videoclub que descubre la verdadera identidad del conductor) hablando de lo divino y de lo humano.
A lo largo del recorrido en taxi por las calles de Teherán, asistimos a las conversaciones que los clientes del taxi le plantean al taxista; cada cual con su propia historia (un tipo que luego confiesa ser un ladrón, una maestra, la sobrina repipi de Panahi o el dueño de un videoclub que descubre la verdadera identidad del conductor) hablando de lo divino y de lo humano.
Y Panahi, al volante, escuchando a todos pacientemente en una país en el que la libertad de expresión está más que condicionada por el régimen político.
El resultado, en palabras de Sergi Sánchez, crítico de Fotogramas, es una película fresca pero también un gesto épico: después de todo, se trata de entender el cine como una necesidad biológica, ontológica, de expresar una visión del mundo.
Calificada por algunos como una lección magistral de cine, Panahi mantiene inquebrantable su dignidad crítica, inherente a cualquier arte expresado con total libertad. Como sabemos, esta ausencia de libertades es el caso de Irán, por ello, el director debe ingeniárselas para sacar este proyecto adelante.
- Irán, 2015. , 82 min. color.
- Director: Jafar Panahi
- Guión: Jafar Panahi
- Fotografía: Jafar Panahi
- Música: Jafar Panahi
- Producción: Jafar Panahi Film Productions
- Género: falso documental, drama, road movie
- Reparto: Jafar Panahi
- Sinopsis: Un taxi recorre las vibrantes y coloridas calles de Teherán. Pasajeros muy diversos entran en el taxi y expresan abiertamente su opinión mientras charlan con el conductor, que no es otro que el director del film, Jafar Panahi. Su cámara, colocada en el salpicadero del vehículo, captura el espíritu de la sociedad iraní a través de este viaje.
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