El Premio Nobel de Medicina y Fisiología del año 1929 se compartió entre el Doctor Christiaan Eijkman, por su descubrimiento de la vitamina antineurítica, y Sir Frederick Gowland Hopkins, por su descubrimiento de las vitaminas que estimulan el crecimiento.
Christiaan Eijkman, médico holandés (Nijkerk, Holanda, 1858- Utrecht, 1930). Se doctoró en 1883 en la Escuela Médica Militar de la Universidad de Ámsterdam. Después, en Berlín, trabajó con el doctor Robert Koch. Estuvo en la isla de Java estudiando el beriberi, una enfermedad nerviosa degenerativa frecuente allí que se suponía de origen bacteriano, que producía atrofia muscular y parálisis. Descubrió que estos enfermos carecían de una sustancia que se encontraba en la cáscara del arroz, la vitamina B1. A su vuelta, en 1896, fue nombrado Profesor de higiene y medicina forense de la Universidad de Utrech, hasta 1928.
Sir Frederick Gowland Hopkins, médico británico (Eastbourne, 1861-Cambridge, 1947). Se graduó en la Facultad de Medicina del Guy’s Hospital de Londres en 1894. En 1914 obtuvo la cátedra de bioquímica de la Universidad de Cambridge. En 1906 descubrió que algunos aminoácidos, llamados esenciales, no pueden ser sintetizados por el organismo y deben obtenerse de la dieta, así como que los músculos producen ácido láctico. Creó un método para medir la cantidad de urea en la orina. En 1921 ideó métodos para aislar el glutatión, un tripéptido importante en la autoxidación celular.
Las vitaminas son nutrientes esenciales para el metabolismo humano. Su carencia o exceso pueden provocar diversas enfermedades. Ambos trabajaron en el campo de la dietética y la nutrición, obteniendo en 1929 el Premio Nobel de Medicina.
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