Con esta introducción empieza Belleza prohibida. Estamos, pues, en el Londres de 1660 bajo el reinado de Carlos II, un rey amante de los placeres y muy aficionado al teatro.
En los escenarios se siguen las normas del teatro isabelino y los papeles femeninos sólo pueden ser interpretados por hombres con la idea de no dar lugar a situaciones pecaminosas. Entre estos actores destaca Edward Ned Kynaston (Billy Crudup), la diva por excelencia, fabulosamente bella entre las bellas, aunque en realidad sea un hombre. Cada vez que Kynaston interpreta a Desdémona el teatro se viene abajo, sobre todo en la escena en que muere a manos de Otelo…
Sin embargo, Kynaston no está plenamente satisfecho con su trabajo, le parece que no acaba de encontrar la perfección y confía estos pensamientos a su ayudante, la joven María (Claire Danes), tan devota de la actriz como enamorada del hombre que se esconde detrás. Hasta tal punto que cuando su señor se da la vuelta, aprovecha para coger prestados sus vestidos y aderezos y representar sus mismos papeles con el nombre artístico de Margaret Hughes en tabernas y antros de mala muerte, donde hay más permisividad y es poco probable que el peso de la ley pueda caer sobre ella.
Pero nada hay que dure para siempre y un buen día, Carlos II (Rupert Everett), espoleado por su amante Nell Wynn (Zoe Taper) y por su deseo de introducir novedades en la escena alejándola del puritanismo, herencia de la denostada época republicana, decide promulgar una ley que permita a las mujeres representar papeles femeninos y, al mismo tiempo, se lo prohíbe a los hombres. Esto supone el fin de la carrera de Ned Kynaston, que pasa de ser la actriz más adorada de la escena a hundirse en la miseria, ya que se niega a representar papeles masculinos porque le repugna su rudeza y fealdad en contraste con los femeninos. Por el contrario, la carrera de María / Margaret Hughes empieza su meteórico ascenso, convirtiéndose en la primera mujer en subirse a un escenario londinense y representar a Desdémona con gran éxito. De repente, todas las puertas se le abren y lo mismo que a ella, a otras muchas actrices que empiezan a hacerse famosas desplazando a los hombres en esos mismos papeles.
Mientras tanto, Ned sigue con su particular descenso a los infiernos actuando en espectáculos del peor gusto en los que se humilla para sobrevivir… Hasta que Margaret le tiende una mano y le ofrece una oportunidad única para salir del hoyo y retomar su carrera y su vida.
Belleza prohibida está basada en la obra teatral Compleat Female Stage Beauty de Jeffrey Hatcher, quien, a su vez, se basó en las anotaciones del diario de Samuel Pepys y en las vidas de los dos personajes principales, Kynaston y Hughes, dos actores de renombre en su época que se hicieron famosos por ser el último gran actor en interpretar papeles de mujer y la primera actriz en hacer lo propio. Ambos representaron la Desdémona de Otelo en diferentes momentos e incluso Kynaston también al moro de Venecia cuando se decidió a interpretar papeles masculinos.
A menudo se la compara con Shakespeare in love (1998), pues ambas se parecen en el argumento, pero poco más. Belleza prohibida es una película superior en todos los aspectos; sin embargo, puede que los toques más audaces y picantes que la sazonan y su estreno posterior la perjudicaran de cara a su difusión pública y a los premios de la industria, pues pasó injustamente desapercibida frente al exceso de propaganda de la primera.
Lo mismo podemos decir tanto de la labor de su director, el reputado Richard Eyre, autor también del guion como del conjunto de actores. Billy Crudup está sencillamente genial sobre todo cuando interpreta a Ned como una maravillosa mujer (aquí habría que destacar también la labor de maquillaje y vestuario) y Claire Danes sabe darle la réplica de manera exquisita, formando ambos una pareja totalmente compenetrada y llena de química. El personaje de él, ambiguo y desnortado, hace un gran contraste con el de ella, una mujer segura de sí misma y, sobre todo, de lo que quiere que sea el hombre del que se ha enamorado. Junto a ellos brillan también los secundarios: Hugh Bonneville como Samuel Pepys, el famoso cronista, Tom Wilkinson como el empresario teatral Betterton y, por supuesto, Rupert Everett y Zoe Taper como Carlos II y su amante Nell, que saben dar vida con inteligencia y chispa a estos dos famosos personajes.
Belleza prohibida es una película inclasificable dentro de los habituales géneros cinematográficos, pero sobre todo es un espectáculo inolvidable y lleno de sorpresas, que se ha ido reivindicando con el paso del tiempo.
Imagen: Filmaffinity
Tráiler: Youtube
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