No obstante, su destino le persigue y el joven bribón, por mucho que le disguste, empieza por liberar la mítica Excalibur de su prisión de piedra y, obligado por los poderes de la espada, acaba por asumir sus responsabilidades y ponerse al frente de su reino ayudado por la resistencia y por una misteriosa hechicera; sentándose finalmente con sus viejos compañeros de andanzas a la mesa redonda una vez que todos han sido armados caballeros.
Entre medias, una historia de ambientación medieval al estilo Richie, que le da la vuelta a la leyenda como ya hizo con Sherlock Holmes; muy visual y con reminiscencias de "Juego de tronos", contada con dinamismo, muchos efectos especiales (el montaje es espectacular, con las escenas de acción a base de slow motion), dosis importantes de magia y fantasía y con un duelo entre el bien (representado muy a su pesar en el caso del escéptico Arturo) y el mal (su usurpador tío, el rey Vortingern, quien asesinó a su familia para conseguir el poder y es un aliado de las fuerzas oscuras) que no ahorrará vilezas para intentar aniquilar como sea al legítimo heredero del trono.
La película cuenta con unos intérpretes de calidad, muy creíbles en sus roles, tanto Hunnam en su recreación de Arturo como Jude Law en el papel del temible rey hechicero, sin dejar atrás a los secundarios, algunos tan fundamentales en la trama como Eric Bana, quien en su corta intervención deja su impronta personal encarnando a Uther Pendragon, el padre de Arturo y hermano traicionado por Vortingern. A destacar como curiosidad el cameo de David Beckham como oficial de la guardia del tirano.
Las aventuras de Arturo, Rey de Britania o de los britanos, como también se le conoce, tienen una base histórica incierta, ya que nunca se ha podido probar su existencia. Hay muchas teorías sobre quién fue Arturo, una de las de más peso es la que le presenta como el último rey britano de origen romano que intentó impedir la invasión de Britania por los sajones, allá por el siglo VI.
La literatura se encargó de convertirle en un héroe y el eco de sus hazañas no sólo pervive hasta hoy, sino que a lo largo del tiempo ha dado lugar a muchas y variadas interpretaciones que han ido dando forma al mito. La Historia de los reyes de Britania, de Geoffrey de Monmouth, donde se le nombra por primera vez, los escritos de Chrétien de Troyes y, sobre todo, La muerte de Arturo, de Sir Thomas Mallory han sido fundamentales para crear la leyenda de Arturo: los caballeros de la Tabla Redonda, el mago Merlín, el hada Morgana, Lanzarote, Ginebra o Perceval, Camelot, Tintagel, Avalon, son personajes y lugares nacidos en esas páginas que hoy nos suenan a todos. De esas fuentes han bebido autores tan dispares como Tennison, Mark Twain, Sir Walter Scott, T. S. Elliot, John Steinbeck, etc., para hacer sus propias versiones de estas aventuras caballerescas, de las que siguen surgiendo nuevas cada poco tiempo.
Wagner se inspiró en el ciclo artúrico para componer su ópera Parsifal; muchos pintores, como los prerrafaelitas, lo han plasmado en sus lienzos y cómo no, el cine y la televisión también han puesto su granito de arena. Destacaremos en la pantalla grande la muy lograda Excalibur de John Boorman, el musical Camelot de Joshua Logan, Merlín el encantador de Disney o Los caballeros de la Mesa Cuadrada de los Monthy Pithon, entre otras. En la televisión merece destacar por su calidad la mini serie Las nieblas de Avalón, basada en la novela del mismo título de Marion Zimmer Bradley, donde la historia se narra con tintes feministas a través de los ojos del hada Morgana, la medio hermana de Arturo.
Imagen: IMDb
Tráiler: YouTube
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