Se trata de un relato en el que se plantea una profunda reflexión sobre la toma de conciencia del envejecimiento y de la muerte, el destino inexorable. ¿Cómo aceptamos el hecho de que vamos a morir?.
En su lecho de muerte Ivan Ilich intenta analizar su pasado minuciosamente, y se plantea si el estilo de vida acomodado y superficial ha sido el correcto.
-¡Este es el fin!, dijo alguien a su lado. Él oyó estas palabras y las repitió en su alma. “Éste es el fin de la muerte”, se dijo. “La muerte ya no existe”.
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