En verdad, esta última se trata de un telefilme de la Warner Bros. que por aquellos años apostaba más a la pantalla chica que a la grande. Por esta razón ganó varios premios pero siempre dentro de la categoría “telefilm”: tres premios Emmy (tuvo diez nominaciones), y un Globo de Oro (a mejor actor).
Ciertamente, el trabajo protagónico de Hoffman es de lo mejor que puede esperarse de un actor de su talla. Malkovich, que por aquella época era un jovencito veinteañero, no se queda atrás y compite con talento en las larguísimas discusiones que tienen ambos personajes.
La pieza es todo un clásico del teatro contemporáneo: el vendedor ambulante Willy Loman está en crisis. Ha llegado a las puertas de la vejez, está a punto de perder su trabajo, no puede asumir los gastos del hogar y su vida familiar se desmorona. Por si esto fuera poco, sus hijos comienzan a cuestionarle y no responden con madurez. En la búsqueda de las causas de su fracaso y angustia, Loman empieza a alejarse de la realidad y a imbuirse en su propio universo.
Estrenada en Broadway, en 1949, y dirigida nada menos que por Elia Kazan, ese drama casi griego se convirtió rápidamente en el mejor retrato de la caída de la sociedad americana de mediados de siglo y fue aplaudida por la crítica debido a su trascendencia existencialista y la profundidad de sus personajes.
De hecho, en el mundo del teatro siempre se comenta que no hay mayor desafío para un actor que interpretar a Willy Loman. Por esa razón, la película (que mantiene casi intacto el texto original) es tan disfrutable: los actores elegidos para la ocasión son la mejor muestra de cómo adaptar el teatro al cine.
Muerte de un viajante contó además con la dirección de Schlöndorff, un especialista en dramas con gran predilección por las fuentes literarias. Su visión del texto original sirvió para remarcar el tratamiento de los principales temas de la trama: la fracaso del “sueño americano”, la hostil sociedad de consumo, el culto a la estética, la insignificancia y el cuestionamiento de los valores y los principios morales, la crisis del núcleo familiar.
La película es, en la actualidad, una maestría de refinamiento y honestidad técnica. Hoffman es a menudo, recordado por ese trabajo. Y Miller pasó a la historia hace ya tiempo, por ser su escritor.
Imagen: Filmaffinity
Trailer: Youtube
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