Si en alguna ocasión anterior hablamos de la novedad que supuso en los montajes cinematográficos de la obra de William Shakespeare la aparición de Kenneth Branagh, hay que reconocer que a la hora de ser original en lo que atañe a estos menesteres tampoco podemos dejar de lado al productor y director Joss Whedon y para muestra esta adaptación de la célebre comedia Mucho ruido y pocas nueces, que por cierto también fue adaptada hace unos años con gran brillantez por Brannagh.
Joss Whedon ha sido conocido hasta hace poco principalmente por ser un creador de célebres series de televisión de gran prestigio, véase Roseanne, Buffy cazavampiros, su spin-off Angel, Firefly o Dollhouse, convertidas en objetos de culto para sus legiones de fans. Últimamente, sin embargo, ha destacado más en el séptimo arte, dirigiendo algunas películas de éxito con grandes medios y presupuesto como Los vengadores (2012) y Los vengadores: la edad de Ultron (2015).
La versión de Mucho ruido y pocas nueces que comentamos ahora, por el contrario, es una obra casi de andar por casa, literalmente, ya que Whedon utiliza la suya propia como escenario para contarnos en blanco y negro la romántica historia de dos parejas muy diferentes entre sí: la formada por la dulce e inocente Hero y el conde Claudio, tan valiente en la guerra como ingenuo y manipulable en el amor y la de la vivaz e inteligente Beatriz, prima de Hero y Benedicto, noble caballero y al igual que Claudio, hombre de confianza del príncipe Don Pedro de Aragón; una pareja que se aborrece tanto como parece atraerse, siempre inmersa en confrontaciones dialécticas.
Las intrigas se suceden en una ambientación propia de la época actual, pero con lances y lenguaje fieles a Shakespeare, lo que resulta sorprendente al principio, pero al ir avanzando la acción los anacronismos acaban resultando hasta naturales.
Los actores son viejos conocidos de los seguidores de las series de Joss Whedon, solventes en sus papeles hasta parecer que no han hecho otra cosa en su vida que recitar a Shakespeare y de la total confianza del director: Amy Acker (Beatriz), Alexis Denisof (Benedicto), Reed Diamond (Don Pedro de Aragón), Fran Kranz (Claudio), Jillian Morgese (Hero) o Nathan Fillion (Dogberry).
A destacar, aparte por descontado del maravilloso texto de Shakespeare, lleno de juegos de palabras que sobre todo ilustran la guerra entre los sexos establecida entre Beatriz y Benedicto, el trabajo multitarea de Whedon, que además de adaptar, dirigir y producir la película, ha puesto música a los versos del poeta, dando un toque intimista a las escenas.
En resumen, una película original, tan atractiva en el fondo como en la forma, que merece la pena ser disfrutada.
Imagen: IMDb
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