Esta saga comienza en 2016 con la publicación de este primer título: Falcó. Hasta hoy, Pérez-Reverte ha escrito y publicado dos más, Eva y Sabotaje, que también se encuentran en la colección de nuestra biblioteca. Todas ellas son altamente recomendables para pasar un rato sumergido en una aventura bien escrita.
El eje principal sobre el que orbitan es un personaje tan canalla como magnético, tan amoral hacia el resto como leal a sí mismo. Él es Lorenzo Falcó. Su perfil queda descrito con absoluta nitidez en la frase más demoledora de la novela, aunque no la única: “…Allá quien matara o muriera, y sus razones para hacerlo. Su idiotez, maldad o motivos nobles. La guerra de Lorenzo Falcó era otra, y en ella los bandos estaban perfectamente claros: de una parte él, y de la otra todos los demás.”
Este personaje ocupa todo el espacio. Resulta imposible no detenerse en él. No es belleza, es magnetismo. De bragueta floja y sin tiempo para entretenerse con los sentimientos; usa a las personas igual que se fuma los cigarrillos: los aspira con placer y los apaga retorciéndolos bajo su zapato o lanzándolos con indiferencia de entre sus dedos. Tiene claro lo que no quiere y más aún lo que sí.
Más que novela negra, que lo es en su atmósfera, es una novela de espías, de guerra, de traiciones y lealtades no siempre encuadradas en el lado que se espera. El narrador, que todo lo ve, tampoco puede evitar centrar el foco en el absoluto protagonista y le acompaña durante todo un viaje de destino incierto.
La historia transcurre en España, en la segunda mitad de los años treinta. Falcó es elegido para un misión secreta y muy peligrosa que le llevará a actuar en territorio enemigo de quien le encomienda esta misión. Tendrá como compañeros a dos hermanos entregados a la causa nacional y una amiga de ambos, algo misteriosa y sorprendente. En un momento decisivo, la trama da un giro cuyas consecuencias cambiarán el desenlace de la misión. El final no defrauda; en el fondo, Falcó sí tiene un código ético, su código, aunque no sea el que se estile en los bandos del momento.
Para que no haya lugar a dudas, Pérez-Reverte deja claro, antes del comienzo de la novela, su alcance: “Aunque documentada con hechos reales, Falcó es una novela cuya trama y personajes son imaginarios. El autor ha alterado ciertos detalles históricos secundarios según las necesidades de la ficción”.
Así que, todos advertidos, lo que vamos a leer “is not based in a true story”.
El eje principal sobre el que orbitan es un personaje tan canalla como magnético, tan amoral hacia el resto como leal a sí mismo. Él es Lorenzo Falcó. Su perfil queda descrito con absoluta nitidez en la frase más demoledora de la novela, aunque no la única: “…Allá quien matara o muriera, y sus razones para hacerlo. Su idiotez, maldad o motivos nobles. La guerra de Lorenzo Falcó era otra, y en ella los bandos estaban perfectamente claros: de una parte él, y de la otra todos los demás.”
Este personaje ocupa todo el espacio. Resulta imposible no detenerse en él. No es belleza, es magnetismo. De bragueta floja y sin tiempo para entretenerse con los sentimientos; usa a las personas igual que se fuma los cigarrillos: los aspira con placer y los apaga retorciéndolos bajo su zapato o lanzándolos con indiferencia de entre sus dedos. Tiene claro lo que no quiere y más aún lo que sí.
Más que novela negra, que lo es en su atmósfera, es una novela de espías, de guerra, de traiciones y lealtades no siempre encuadradas en el lado que se espera. El narrador, que todo lo ve, tampoco puede evitar centrar el foco en el absoluto protagonista y le acompaña durante todo un viaje de destino incierto.
La historia transcurre en España, en la segunda mitad de los años treinta. Falcó es elegido para un misión secreta y muy peligrosa que le llevará a actuar en territorio enemigo de quien le encomienda esta misión. Tendrá como compañeros a dos hermanos entregados a la causa nacional y una amiga de ambos, algo misteriosa y sorprendente. En un momento decisivo, la trama da un giro cuyas consecuencias cambiarán el desenlace de la misión. El final no defrauda; en el fondo, Falcó sí tiene un código ético, su código, aunque no sea el que se estile en los bandos del momento.
Para que no haya lugar a dudas, Pérez-Reverte deja claro, antes del comienzo de la novela, su alcance: “Aunque documentada con hechos reales, Falcó es una novela cuya trama y personajes son imaginarios. El autor ha alterado ciertos detalles históricos secundarios según las necesidades de la ficción”.
Así que, todos advertidos, lo que vamos a leer “is not based in a true story”.
Feliz lectura.
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