Las grandes editoriales de la enseñanza superior ya han recabado datos de millones de estudiantes estadounidenses que utilizan su material digital. Pero CourseSmart facilita a cada profesor información sobre todos los integrantes de sus clases, una iniciativa que está empezando a influir en la manera en que los docentes presentan el material y en cómo responden los alumnos, aunque los escépticos cuestionen hasta qué punto esto sirve para evaluar correctamente el aprendizaje. Además el sistema de CourseSmart plantea otros problemas en potencia: los estudiantes podrían falsear con facilidad las funciones de subrayado y toma de apuntes, o mejorar su puntuación dejando el libro de texto abierto. El docente puede saber recibir una alerta temprana sobre aquellos alumnos que podrían abandonar los estudios, a la vez que les indica de manera más general si toda la clase va rezagada.
Y al final, los datos volverán a las editoriales. Durante años, editoriales académicas y populares, así como algunos autores, han soñado con obtener esa información para orientar las ventas y sus iniciativas de forma más eficiente. Y los sistemas de este tipo precisamente se encaminan a ofrecer esta .
Más información
A look at one student's engagement index (New York Times, 8 abril 2013)
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