Este mes os recomendamos la obra Relatos
japoneses de misterio e imaginación de Edogawa Rampo.
Hirai Taro (1894-1965), verdadero nombre del autor de esta obra, está considerado el padre de la narrativa japonesa de misterio y tomó su nombre artístico de la traslación fonética al japonés de Edgar Allan Poe, autor clásico del género por el que se vio fuertemente influido.
Comenzó a escribir historias de
misterio a principios de la década de los años 20 del siglo XX. Entonces, sus
narraciones se centraban fundamentalmente en la investigación y en los
procedimientos empleados en la resolución de crímenes aparentemente
irresolubles (como La butaca humana). En la década de los 30 escribió
regularmente para una serie de revistas de carácter popular (al estilo de las
publicaciones Pulp norteamericanas) y comenzó a dedicar en sus obras un
mayor protagonismo a lo grotesco, lo erótico y lo absurdo. A finales de los 40
fundó el Club de Escritores de Misterio de Japón que a su vez creó en 1955 el
Premio Edowaga Rampo para novelas de misterio no publicadas.
La fama internacional de Rampo no se debe solo a la traducción de sus obras a otras lenguas, sino también a las series televisivas y adaptaciones cinematográficas de algunas de sus obras como: El lagarto negro (1968), El misterio de Rampo (1994) o Rampo Noir (2005). Incluso Mikami Shinji, creador del videojuego Resident Evil, reconoce la influencia de Rampo en su trabajo, influjo que también se observa en los artistas vanguardistas del manga, hoy tan en boga (es el caso de Detective Conan).
Esta obra que recomendamos consta
de nueve relatos donde se une lo onírico, lo fantástico y lo cotidiano, nueve
historias que provocan un escalofrío en el lector mezclando un punto de sadismo
con una prosa aparentemente inocente. Al valor narrativo hay que añadir las
ilustraciones de Leticia Vera, también fotógrafa y poeta, que crean un desasosiego
perfecto en el lector.
Podéis encontrar esta obra en la colección de "Novela" de la Biblioteca de Derecho.
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