Los premiados son la científica china Youyou Tu, por el desarrollo de la artemisina, un compuesto clave para tratar la malaria; y el japonés Satoshi Omura y el irlandés afincado en EE.UU. William Campbell, por el desarrollo de la ivermectina contra las infecciones causadas por gusanos nematodos como la elefantiasis y la oncocercosis, transmitidas por insectos.
Según destaca la Academia Nobel en el documento en que anuncia el premio, “constituyen un problema de salud global de primera magnitud, afectan a las poblaciones más pobres del mundo y representan una barrera enorme para mejorar la salud y el bienestar humanos”.
En 1969, Youyou Tu fue nombrada jefe del proyecto en su Instituto para encontrar un nuevo tratamiento contra la malaria; repasó unas 2.000 recetas antiguas de medicina china en busca de compuestos de interés. El mejor compuesto resultó ser la artemisinina, extraída al cocer plantas de ajenjo chino (Artemisia annua). Youyou encontró la pista para extraer artemisina de un texto del año 340, aunque tuvo que perfeccionar la técnica hasta que el compuesto resultó 100% efectivo contra el parásito de la malaria (Plasmodium falciparum). Ella fue la primera voluntaria en tomarlo para comprobar si era seguro.
En la actualidad, la artemisinina se sigue extrayendo del ajenjo y es usada junto a otros fármacos, lo que permite reducir la mortalidad de la malaria un 20% en adultos y hasta un 30% en niños. Esto supone salvar cada año 100.000 vidas solo en África.
La otra mitad del premio se repartirá a partes iguales entre el japonés Satoshi Omura y el irlandés William Campbell, que descubrieron un nuevo tratamiento contra las infecciones causadas por gusanos nematodos. Gracias a sus investigaciones, la oncocercosis y la elefantiasis, que eran infecciones comunes y extremadamente graves en regiones tropicales, “están cerca de ser erradicadas”.
Omura se centró en las streptomyces, un gran grupo de bacterias de las que ya se han extraído potentes antibióticos como la estreptomicina, aisló nuevas bacterias de muestras de tierra y entre ellas seleccionó las 50 variantes más prometedoras. William Campbell, un experto en parásitos, tomó el testigo probando la efectividad de varios compuestos producidos por las bacterias de Omura. Así se llegó hasta la ivermectina, un derivado de la avermectina que aniquila las larvas de los gusanos que producen las enfermedades parasitarias.
La oncocercosis, transmitida por varias especies de moscas negras, causa lesiones graves en la piel y en los ojos y ha sido durante siglos una de las más importantes causas de ceguera en el mundo.
La elefantiasis (o filariasis) se transmite por mosquitos, afecta a los vasos linfáticos y causa aparatosas malformaciones, especialmente en brazos, piernas y genitales. Sus víctimas sufren, además de graves complicaciones de salud, estigma social.
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